¿COMPROMISO GRANDE O PEQUEÑO?

Ésta es la pregunta que hago cuando me consultan qué es mejor, si un perro de tamaño grande o un perro pequeño.

 

El tamaño de la mascota no debería ser lo prioritario a la hora de tomar una decisión. Más bien la cuestión es, en mi opinión, la de tener un compromiso grande en lo que se refiere a nuestra intención y capacidad real de mantener, educar y convivir con un perro, sea del tamaño y tipo racial que sea.

 

Está muy extendida la idea, ya generalizada, de que hay que pensar en las características de tamaño de los perros a la hora de tener uno. Hay personas que por esta cuestión se deciden por los de talla pequeña por comodidad y consideran que les hará más felices que uno de mayor tamaño.

 

La cuestión del espacio en casa es importante para nuestra comodidad y la de nuestra mascota. Si disponemos de un espacio reducido o muy reducido evidentemente no va a ser fácil lidiar con un perro de grandes dimensiones y la convivencia y su esparcimiento se resentirán si el animal tiene un fuerte temperamento y no ha sido educado para vivir en espacios pequeños. Si por el contrario se dispone de suficiente espacio dentro de la vivienda, gozaremos de más desahogo para el relax, el esparcimiento y el paso de una habitación a otra pero igualmente se necesita de pequeños espacios dentro para su intimidad y descanso.

 

En el perro de talla grande como en el de talla pequeña más que su necesidad de espacio debemos considerar su situación emocional, la capacidad que tenemos de darle un día a día rico y estimulante con rutinas, orden y obligaciones que puedan alternarse con sus momentos de tranquilidad distendida.

 

Es una cuestión de educación y compromiso. El perro de tamaño grande necesita nuestro compromiso y el proceso de educación tanto como el perro de talla pequeña, pero nos pide además mucho orden en nuestros actos.

 

A la hora de pasear un perro grande (al igual que otro de menor talla) lo ideal es un dueño que sepa manejarlo correctamente durante su paseo, que sea muy consciente del mismo y que no deje a la suerte la interacción de su mascota con otros perros o personas. De todos es sabido que ante una actitud poco amigable las posibles consecuencias de un episodio con un perro de talla grande serán peores que con los de talla pequeña.

 

El propietario de perros con envergadura siempre deberá ser controlador en la medida necesaria. Educarlos correctamente y aprender a tener un mejor manejo de ellos es obligatorio durante el periodo de formación de joven a adulto. Para hacerlo correctamente es aconsejable recibir algunas clases a cargo de un profesional y a partir de ahí fijar bien los objetivos y trabajar para alcanzarlos. La improvisación es mal asunto y el dejarlo para más adelante sin ese manejo correcto y educación suma motivos para pensar en el desastre.

 

Algunos propietarios de perros acuden a la escuela y me consultan cuando ya han tenido algún problema grave, como por ejemplo la caída del dueño por estiramiento de la correa o la pelea con otro perro.

 

Siempre hay que estudiar el caso a fondo pero con estos artículos pretendemos aportar algunos consejos que nos sirvan para reflexionar y evitar cometer errores que posteriormente son motivos de consulta.

 

En los perros de talla pequeña se da por sentado que su manejo es menos problemático porque su peso es menor y se tiene una ventaja física sobre la mascota, pero eso no impide que puedan tener un comportamiento erróneo en casa y que, por falta de atención acabemos permitiéndoles hacer ciertas cosas que no consideraríamos para un animal mayor. Por todo esto caemos en el error de consentirlos y eso los convierte en perritos caprichosos y mal educados. Ladradores, mordedores, altamente excitables y un largo etcétera de observaciones que podemos ver en la mayoría de consultas que los fans de la página han ido realizando al hablar de perros de tamaño pequeño y que nos avisan de que no descuidemos nuestra responsabilidad con ellos para educarlos correctamente.

 

Es por eso que por mucho espacio que tengan en casa, este porcentaje de ejemplares aquejados de la falta de una educación necesaria y correcta no van a estar disfrutando realmente de su condición de perro doméstico.

 

¿Por qué se portan mal si no los educamos correctamente? Un gran mito extendido es que el perro, al tener sus orígenes en el lobo, se ve necesitado de mostrar comportamientos de lobo. ¿Sí? ¿De lobos? ¿No será que realmente son comportamientos que puede tener un perro doméstico? Ni el perro está pensando en ese empuje intrínseco ni tiene la necesidad de comportarse como un lobo. Un perro es un perro y un lobo es un lobo.

 

Después de todo, como reflexión nos quedamos con que, al margen del tamaño y características de la mascota, la decisión por quedarnos con un perro u otro no debe estar supeditado a si disponemos de una casa con jardín o de un apartamento de pocos metros cuadrados. La cuestión clave para todos es la necesidad del can de ser educado correctamente y tenemos la obligación de hacerlo durante toda su vida.

 

La incomodidad que pueda suponer para algunos futuros propietarios el tamaño del perro deberá tenerse en cuenta, pero sin dejar de educar a pequeños y grandes.

 

 

José Antonio Pineda Martínez.

 


Escribir comentario

Comentarios: 0